Se analiza cómo el uso de las tecnologías en el sistema de justicia ha revolucionado su impartición no sólo para los operadores, sino que ha creado ventajas y también retos hacia quienes son sujetos de ella, los ciudadanos, quienes son los que al final viven las implicaciones en el estado de derecho y en sus derechos humanos a partir de sas implementaciones tecnológicas